Una colisión irresistible y apasionante de rock, experimento, funk, soul, jazz y sonidos del folclore de casi cualquier lugar, que por momentos recuerda a Tortoise o Stereolab.
“El submarinista en el tejado” es el álbum de debut de Forastero, un sexteto de Madrid que se
mueve con soltura en un terreno en el que colisionan sonidos del post-rock con
armonías de distintos puntos de África, jazz o electrónica como si a nadie le
importasen ya las etiquetas. Tampoco es de extrañar si te fijas en la
composición del grupo: cada uno tiene tablas de sobra después de muchos años
moviéndose en el underground de Madrid con grupos como Los Saxos Del Averno, Ginferno,
Dead Capo, Demonios Tus Ojos y Ogun
Afrobeat, por mencionar solo algunos.
La banda reúne una miríada de influencias musicales y formas
poco convencionales. Desde la sorprendente revisión de “The Box” (una versión de
los “original ravers" Orbital) a “Morfina”, con esencia
soul y reminiscencias de Mark Sandman,
pasando por el choque frontal entre jazz frenético y funk con ecos de África
que es “Baile Watusi”.
El submarinista en el tejado muestra la afición del grupo a
imaginar bandas sonoras de películas que no existen, como por ejemplo el aire
de rodaje de spaghetti western tomado por una cofradía sevillana de “Por
la calle de la amargura”.
Una robusta sección de ritmos circula por caminos poco
transitados y empuja a la banda, muchas veces guiada por el saxo de Dani Niño, hacia las zonas fronterizas
de distintos géneros. Por ellos se mueven de manera orgánica, como si los
límites no existiesen, sin dejar en ningún momento de sonar coherentes y
fluidos.
La portada del disco es una fotografía de Alberto García-Alix llamada “San
Carlos, un horizonte falso”. La imagen tiene una historia detrás: San Carlos no existe. El fotógrafo
encargó construir una maqueta de una ciudad y en su estudio, con luces y
sombras, fotografió una ciudad en la que todos son forasteros.
Forastero son Javier Colis, Javier Diez-Ena, Javier
Gallego “Crudo”, Dani Niño, Juan Carlos "Chavi" Ontoria y Sergio
Salvo.
LA ENTREVISTA
¿Por qué el nombre de Forastero para
este proyecto musical?
Como todos sabemos en muchos pueblos se
sigue llamando forastero al que llega de fuera y el susodicho suele desprender
para el paisano cierto halo de incógnita o de misterio. Nos gusta todo lo que
implica ese venir de fuera, contemplar algo con ojos y bagaje de otro lugar,
traer la mochila llena de cosas nuevas, sentirse ajeno y desubicado en el
mejor sentido.
No cabe duda que la música que hacéis tiene
una influencia tan variada que va desde el jazz, el Funk, el Swing, y el Groove
hasta el post-rock, el rock & roll, el folk, … pero donde podemos apreciar guiños
e incursiones sin complejos a otros sonidos más electrónicos, sureño, surf y
pop, … ¿Qué ha motivado este sonido en Forastero? ¿Cuáles son o han sido
vuestras influencias más directas a la hora de hacer música?
Nuestro bagaje sonoro es muy amplio, por
centrarnos un poco podríamos citar nombres de la escena inglesa de ahora como
Get The Blessing, Melt Yourself Down o The Comet is Coming, pero también
grandes figuras de la electrónica de los 90 como Autechre o Aphex Twin o pesos
pesados de la vanguardia neoyorquina como John Zorn o Marc Ribot, sin salir de
esa ciudad tenemos los grandes momentos que vivió la no wave con James Chance y
Glenn Branca al frente, también nos inspiran las bandas sonoras oscuras de
David Shire o Don Ellis y la crudeza de los italianos Zu. Para cerrar un poco
la ecuación imaginemos a Cinematic Orchestra tocando con la energía de los Stooges, o
imaginemos a unos Morphine poseídos por el groove porque tienen a The Roots
como banda de refuerzo, ¿Red Snapper ejerciendo de Bad Seeds para un Nick Cave
travestido de Sun Ra? Bueno todo esto son palabras muy grandes, solo elucubraciones, pero
por ahí puede ir la cosa.
Vuestro primer trabajo es “El submarinista en el tejado”, un
trabajo que contiene 10 temas de corte instrumental, de sonido lúgubre, casi oscuro,
canciones intensas y melódicas, con cierto aire obtuso y evocador en algunas
ocasiones…. ¿Qué podéis decirnos al respecto? ¿Qué os inspira a la hora de
hacer vuestros temas?
Aparte
del amplio espectro de referencias musicales que entre todos acumulamos nos
inspira esa capacidad persuasiva y evocadora que tiene cierta música instrumental,
haya sido compuesta para sustentar una imagen o no. Esa capacidad de hacer
viajar al oyente más allá de lo que su raciocinio puede determinar, embrujar
vaya. Por otro lado, queremos que ese viaje sea por propulsión directa, no una
larga epopeya vaporosa, sino mejor un puñetazo que haga ver cosas maravillosas
dando vueltas a tu tímpano. Es decir que intentamos que los temas sean
directos, no discursivos.
Se nota que detrás de este álbum hay
mucho trabajo y un gran esfuerzo ¿Qué expectativas habéis puesto en “El submarinista en el tejado”? ¿Dónde
queréis llegar con este gran trabajo?
Han
sido 5 años de larga condensación de un sonido, lo hemos refinado tanto en
directo como en ensayos y muy particularmente en estudio. Tanto trabajo
significa que lo esperamos todo y queremos llegar al límite de las
posibilidades de un grupo instrumental. A priori podrían parecer escasas, pero
tenemos dos ejemplos impactantes y muy recientes, Los Coronas y Toundra. No lo
perseguimos denodadamente, pero si llegase algo parecido, bienvenido fuese.
¿Cuáles son los planes de Forastero para
2017? Suponemos que girar el disco por salas y festivales, ¿pero algo que
podías adelantarnos? ¿Eventos importantes?
De
momento hacer una nueva presentación en Madrid, el 16 de marzo en el
aniversario del Moby Dick. La caña está tirada a festivales y demás, vamos a
ver qué sale. Pinta bien.
¿Creéis que el mundo digital va a acabar
con el mundo de la música tal y como lo conocemos hoy? ¿Cuál es el futuro del
músico?
Desde
luego casi ha acabado con el disco como formato querido y apreciado por el
público, excepto una heroica resistencia internacional, en ella confiamos, para
que vaya a más alguna década de estas próximas. El futuro del músico es otra
cosa, es intocable, la música siempre estará ahí y alguien necesitará que otro
la toque. De las condiciones con las que el músico ejerce su labor mejor no
hablemos, sería muy largo.
Viendo el panorama del fin de semana en
cada ciudad, con una grandísima oferta de conciertos, ¿es cierto que parece que
hay una nueva era dorada de los directos?
Sin
duda, la oferta es apabullante, por lo menos en Madrid que es donde vivimos.
Hay muchas más bandas que antes y también más visitas de grupos de fuera. Hay
días en los que te ves obligado a elegir entre 3, 4, 5 conciertos que te
gustaría ir, antes no era tan exagerado, desde luego.
¿Cuál ha sido vuestro mejor
momento/recuerdo en la música?
Es
imposible elegir uno. La música es un hechizo que te habita por dentro, un
hechizo cotidiano, que parte de tu enamoramiento como oyente, crece un poco más
al tocar un instrumento y se dispara cuando se genera esa conexión especial que
a veces tiene lugar, conexión con otros músicos y también con un público que lo
sepa entender y disfrutar. Afortunadamente en Forastero cada vez disfrutamos de
esos momentos en directo. Pero volviendo a la pregunta si hay que elegir un
momento especial de verdad podría ser ese instante en el que percibes la
inspiración, es momento en el que sabes que eso que estás tocando (solo o
acompañado) no es cualquier cosa e igual está aquí para quedarse para siempre
contigo.
¿Cómo es un día normal en la vida de un
miembro de Forastero?
De
todo menos normal, hay momentos normales por supuesto y otros no tanto, pero las
sumas de todo el cúmulo de secuencias diarias convierten cada día en algo
anormal por la acumulación de situaciones. Hay miembros de Forastero que viven
exclusivamente de la música y otros que combinan su actividad musical con
tareas laborales muy diferentes: unos dirigen un programa de radio de éxito y a
la vez respetado, otros trabajan en un gabinete de prensa, otros se dedican a
la informática en la universidad. Unos son padres otros no. Es muy diverso,
como todo en el conjunto Forastero.
¿Tenéis alguna opinión de la actual
situación económica y social de España, Europa y del mundo en general, que
queráis compartir con nosotros?
Es
una opinión bestia. Diría que es como el síndrome de Stendhal pero al revés,
como decía Marlow en “El corazón de las tinieblas”: el horror, el horror, el
horror, el horror…. Eso en cuanto a la situación económico-social, luego está
la otra parte de la vida: el arte, la naturaleza, el amor, el cosmos, la
comida, … que nos ayuda a digerir el horror, o por lo menos a tragarlo y que se
quede ahí solapado al menos algunos buenos ratos de nuestra vida.
FORASTERO
The box (2016)
The box (2016)
MISCELÁNEA
¿Podríais recomendarnos…
...un libro?:
“Historia de la literatura portátil” de Enrique
Vila-Matas, ¡genio!
...una película?:
Sin
ir más lejos la última de Jarmusch… “Paterson”
un prodigio de lirismo cotidiano nada cursi. Muy necesario como bálsamo en
estos tiempos de ego desemesurado.
...una canción?:
“Rumble” de Link Wray,
o como un acorde puede cambiar la vida y el curso de la música.
...un álbum?:
El
primero de Lounge Lizards,
probablemente esa fue la puerta por la que el punk entró en el jazz, se fue
pronto y ya solo volvió de vez en cuando de visita, pero esa fue la primera
cita, creo.
...un grupo o solista?:
Captain Beefheart, un diamante en bruto que afortunadamente nunca llegó
a ser pulido del todo.
...una afición?:
Escuchar
…cordero o cochinillo? (es que somos de
Segovia J):
La
mayor parte de Forastero seguro que elige cochinillo, porque son buenos
gourmeturistas. Yo me decantó por unas setas, soy el único representante de la
facción vegeta.
Muchísimas gracias por vuestro tiempo y
enhorabuena por vuestro disco.
A
ti por el interés y las preguntas
No hay comentarios:
Publicar un comentario