La Capilla Jerónimo de Carrión,
creada en 1997, reúne un elenco estable de cantantes e instrumentistas especializados en la interpretación de la
música de los siglos XVII-XVIII. Partiendo de las investigaciones realizadas en
el archivo de la catedral de Segovia y otros archivos, el grupo ha ido
recuperando la riqueza vocal e instrumental de la música española de esta
etapa.
Cuatro grabaciones "Calendas, el tiempo en las
Catedrales" (VRS2008) "Ecos y afectos" (VRS2024,
Premio Choc de la Musique), "Ah
de los elementos" (VRS2058), y "Alienta mortal,
alienta" (VRS2107) con la discográfica Verso, avalan la calidad de este grupo, del que la prensa
especializada destaca la calidad y color diferenciado del conjunto vocal e
instrumental, y la elegancia con que este repertorio completamente inédito se
saca a la luz.
Alicia Lázaro, es pionera en el
trabajo integrado y continuo de investigación, recuperación musical y
divulgación de la música de los archivos catedralicios españoles, así como en
la incorporación de la música antigua en el teatro, se formó en Suiza (Schola
Cantorum Basiliensis y Superior de Ginebra). Dirige desde 1997 la Sección de Investigación Musical de la
Fundación Don Juan de Borbón en Segovia, y la Capilla de Música Jerónimo de Carrión, con la que realiza
habitualmente programas de música inédita de la Catedral de Segovia y
otros archivos españoles.
Destacan también sus trabajos para el teatro antiguo, en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y
en Nao d'amores. Finalista a la
Mejor Dirección Musical en los Premios Max de Teatro 2010 y 2011, Premio Choc
de la Musique en 2005 por la grabación Ecos y Afectos, Premio Agora de Teatro
en 2004, Premio Investigador 2014 y Mejor Director 2015 en los Premios a la Creatividad
e Innovación en la Música Antigua de la Asociación GEMA (Grupos Españoles de
Música Antigua). Es miembro correspondiente de la Real Academia de Historia y
Arte de San Quirce.
LA ENTREVISTA
Este año se cumplen 20 años desde la
creación de la Capilla Jerónimo de Carrión ¿Qué balance me haces de este
tiempo?
Han sido veinte intensos años, y creo que hemos
sentado algún que otro precedente en el modo de abordar estos trabajos.
Investigación e interpretación han ido unidas siempre. Hace más lento el
trabajo, pero nos permite tener una visión mucho más completa de lo que pudo
ser la vida musical de la Catedral, y por extensión, de la ciudd, en los siglos
XVII y XVIII
¿Puedes contarnos alguna anécdota en
algún concierto durante estos años?
La vida del músico es azarosa, hay muchas anécdotas.
El tenor que se quedó en la puerta de San Millán, se le olvidó la hora mirando
el cielo segoviano, y tuvimos que salir horrorizados a buscarlo, o yo misma, a
punto de comenzar y con las partituras en la sacristía. Las partituras son
siempre fuente de anécdotas: se pierden, se olvidan... en la gira del año
pasado tuvimos alguna. Las llaves de los órganos, las llegadas en gira... lo
mejor es la chispa que los músicos sacan a todo, para continuar, para que el
público no se entere de los incidentes... y hay momentos en que es difícil
contener la risa.
¿Qué caracteriza la música de Capilla
Jerónimo de Carrión de otras formaciones de este estilo?
Justamente, el empeño en hacer un trabajo digamos
“integral”. Desde la partitura original al concierto, es todo “made in
Capilla”. Los medios con qee contamos no nos permiten hacer muchas cosas a lo
largo del año, y entonces hay que procurar que los proyectos sean
significativos, aporten algo nuevo al conocimiento, y sobre todo al disfrute
del público.
¿Qué es lo que va a disfrutar la gente
que vaya a un concierto de la CJC?
De música viva, y, sobre todo, hecha para la vida.
Para la vida habitual de las gentes, en momentos en el que no había ni radios,
ni teles, ni móviles ni wifis, y por tanto, los sonidos se hacían en vivo y en
directo. En la Catedral, en los palacios, en las fiestas, en las romerías, en
los saraos y en las plazas. Creo que por eso llega tan directa al corazón de la
gente. No solo es que suene muy bonita, es que es verídica. No hay impostura.
En Festival de Segovia vais a
interpretar el concierto "O quam
suavis est..." con obras de
Alonso Lobo y Sebastián de Vivanco. ¿Por qué este repertorio?
Cada año escogemos un maestro de capilla de la
Catedral y le dedicamos un trabajo algo más monográfico. El abulense Sebastián
de Vivanco fue maestro de Capilla en Segovia durante diez años, de 1577 a
1587 y es uno de los grandes de su momento, aunque algo ensombrecido en la
actualidad por el camino paralelo que tuvo con el gran Tomás Luis de Victoria,
el abulense seguramente más importante y desde luego, el más conocido. Será el
protagonista del concierto, con su Misa “O quam suavis est”, una belleza de
música que nos permitirá apreciar su talento. De Alfonso Lobo, otro grande, del
que este año se celebra el 400 aniversario fallecimiento, puede decirse lo
mismo respecto a Francisco Guerrero. Hay cuatro motetes suyos en el Archivo y
los iremos haciendo este año.
En el programa presentamos obras de los cuatro
maestros: Vivanco, Lobo, Guerrero y Victoria.
¿Cuáles son los planes de futuro a
corto, medio y largo plazo de la CJC?
Grabar es el objetivo más importante en este momento.
Toca ya, y el proyecto está avanzado. Faltan medios económicos, pero los
encontraremos. En los últimos cinco años hemos hecho quizás la mejor colección
de música “paralitúrgica”, (es decir, en castellano y escrita para las fiestas,
de grandes maestros), que hayamos tenido nunca. Y está sin grabar, no puede
ser.
Terminaremos el año con el concierto del 28 de
diciembre, y hay proyecto de gira para 2018, pero sacar adelante la grabación
nos parece prioritario en este momento, y a eso voy a dedicar mi mayor
esfuerzo.
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