LA CRÓNICA
texto: R.G. / fotos: Iván Vicente @IvanVicente77
Como
si de un combate entre dos púgiles se tratase, asistimos el pasado viernes en
el clásico ring del Bar Cuco en la irreductible Aldea de San Miguel, a una
pelea que en principio se presentaba desigual por la diferencia de peso musical
y trayectoria, pero que se acabo igualando en gran parte por el conocimiento
por parte de cada uno de ellos de todas sus virtudes y sus correspondientes
defectos.
El
rudo y duro Barnatán de primeras te golpea como un duro gancho de izquierdas,
con su magnífica voz grave profunda y muy personal con la que no para de jugar y
que le viene como anillo al dedo a los temas del reciente disco que nos vino a
presentar “MotorClub”, el cual bebe directamente de la fuente original de los clásicos del blues y del soul de raíz
más rockera. Además su juego de pies trabajado como actor le da una seguridad
en el escenario y un dominio del show que ya quisieran muchos frontman. Posee también
un golpe ganador en las distancias cortas como las de un teatro o un pequeño
bar al sumar ambas cosas, con una
atractiva e imparable verborrea ayudada por un
intercambio de guiños que le hace meterse al público en el bolsillo, ganándose
su complicidad si es necesario, cantando a pelo sin micrófono o bajándose del
escenario para cantar al oído de todos y cada uno de los asistentes. Tampoco se puede olvidar la escolta de un
guitarrista de nivel como Sergio González, que sabe compaginar perfectamente cuándo
debe acompañar la voz y cuando hacer protagonista a la guitarra en cada una de
las canciones.
Bien
distintos son los golpes de Virginia Labuat, que tras una cara angelical, unos
grandes ojos azules y una bonita sonrisa te va envolviendo en la dulzura de una
voz y destapando poco a poco su desparpajo andaluz cuando se va afianzando en
las tablas. Según va desarrollándose el combate va cautivando con un pop
sencillo y sin artificios, en inglés, destacando unos estribillos pegadizos en algunas de sus composiciones correspondientes
al anunciado e inminente disco de la cantautora “Blue Bird”. En ocasiones ella se protege únicamente tras
su guitarra y en otras cuenta con la ayuda adicional del guitarrista que les
acompañaba en este espectáculo.
Mención
especial merecen algunos de sus golpes ganadores, en los momentos en que se
juntaban los tres en el escenario para regalarnos algún tema propio y alguna
versión como “Stand by me” o “Quizás, Quizás”, en este caso con Virginia en
solitario. Gracias a ello el público se quedó expectante y con ganas de verlos
a ambos arropados por una banda, desplegando todo el potencial que se vislumbra
en este show concebido para teatros y salas en las que se pueda explotar la
complicidad con la audiencia.
yo asisti a ese concierto y mequede acojonad... con la voz de virginia, y el blues -rock de jimmy. una noche bastante buena . por estar en compañia de mi X y mi hija , que tampoco quisieron faltar
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