Ya me ha pasado otras veces, vas a un concierto de música y te encuentras con una banda que rompe los moldes, que te ofrecen una experiencia musical impresionante, y te vas del local con una sonrisa de oreja a oreja, con ganas de contarle a todo el mundo lo que te acaba de pasar.
Y esto ocurrió ayer en el inicio del WIC II en la sala Beat Club de Segovia: Holywater son una grandísima banda de rock.
Cartel del WIC II (2011)
Las críticas que hay en internet sobre Holywater ya eran de por si, bastante significativas, pero ni éstas, ni el disco The path to follow (2010) (que es una grandísimo disco), hacen justicia al soberbio directo que tienen esta banda.
Durante las pruebas de sonido, la banda no parecía que estuvieran haciendo una prueba,... ¡estaban absolutamente entregados!... y solo que solo era una prueba.... Así que tras esa premisa, estaba deseando que empezara el concierto.
Ricardo Rodríguez
Martín Alonso
Antes del concierto estuve charlando un poco con ellos. Habían empezado esta gira por España, el día anterior en Madrid en la sala Caracol, junto con sus compañeros de sello Maryland, donde habían sido recibidos con una acogida más allá de sus propias expectativas.
Mito
Luis Casanova
Y empezó el espectáculo sonoro en la sala Beat Club de Segovia. Y no defraudó a nadie. Y los que estábamos allí nos quedamos con la boca abierta. Varias veces. ... Por que hablé con varias personas del público, y algunos reconocían que nunca habían oído tocar así a una banda en un garito pequeño: "-El batería es la caña", "-La voz es de las mejores del panorama español", "-El bajista lo vive", "-Las guitarras son abrumadoras", "-¡Joe, cómo suenan, tío!". Yo asentía a todos estos comentarios, mientras disfrutaba y no quería que se acabara nunca.
El sonido que hicieron Holywater fue una avalancha de rock que te dejaba estupefacto, la puesta en escena de la banda es brutal, con una personalidad arrolladora, una verdadera banda de rock, que cuando está en el escenario, todos sus miembros entran en éxtasis, absolutamente centrados en lo que están haciendo... más aún, están integrados con cada acorde, con cada nota... Cuando acaban un tema, parecía que salían del trance en el que se habían inmerso. Sus caras cambiaban nuevamente, y volvían a la realidad. Dejaban de ser monstruos de escenario, animales salvajes del ruido, legendarias estrellas del rock, para convertirse de nuevo en personas humanas.
Un rock contundente en potencia progresiva que te deja estupefacto. En cada tema Holywater van a más. Puede empezar como una balada, tema a medio tiempo, pero a medida que transcure la canción, esta, adquiere fuerza, y lo etéreo se hace sólido..., ¡puedes tocar la música!. El sonido se hace tan intenso, fuerte, pero tan melódico a la vez, que llena la sala por completo, te hace prestar atención, te das cuenta de que cómo se suelta energía interior, ves cómo es una sacudida de rabia hecha canción y reconvertido en rock and roll.
Señores..., esto es música, y así se debe tocar. A vuestro pies, Holywater.
HiSTéRiCaS GRaBaCioNeS con Holywater
Entrada WIC del concierto
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