EL GRUPO
Ringorrango es
una formación musical que nace en Zamora, en 2011, de la unión de una
salmantina, dos vallisoletanas, un cacereño y dos zamoranos, tras conocerse en
el Consorcio
de Fomento Musical de la ciudad: Amelia
García (voz, percusión), Laura
Puentes (voz, percusión), Agustín
Gallego (voz, gaita, flauta, percusión), Mayra Pérez (voz, percusión), Ruth
Domínguez (voz, rabel, percusión) y Fernando
Martín (voz, percusión).
El interés común por el folklore, la música tradicional y el
divertimento fue el caldo de cultivo para crear el grupo, con el fin de
interpretar repertorio melódico de Castilla y León y de Extremadura
principalmente, a través de jotas montañesas, ajechaos de Peñaparda, corridos
maragatos, sones brincaos o baile sanabrés, entre otros ritmos.
Ringorrango - Folklore Histérico (2012)
Los guiños constantes a distintas Comunidades quedan
patentes mediante los ligeros de Cantabria, los fandangos de Huelva o las
seguidillas de Castilla la Mancha y Madrid. En este primer proyecto, denominado
Folklore histérico, la música de raíz adquiere especial color y fresca
cadencia, conservando su esencia y origen. Para ello se combinan letras y temas
de distintas geografías y se aúnan diferentes sones, dando lugar a experiencias
musicales que los integrantes del grupo han llamado “ajecharros” y
“ajemuñeiras”. Ejemplos éstos de su particular forma de entender y de sentir la
música tradicional.
La explosión de sonido a partir de la voz como el principal
instrumento, y la percusión como soporte, generando todo un entramado de
cachivaches musicales populares, conforman el universo sonoro de Ringorrango. A
lo que hay que añadir una peculiar puesta en escena, joven y diferente, alejada
de los prototipos convencionales.
El espectáculo está servido y la taquicardia también.
LA ENTREVISTA
¿Por qué el nombre de Ringorrango?
Ringorrango es una palabra
antigua que, por su sonoridad puede resultar nueva, inventada, y desconocida
por las generaciones más jóvenes. Sin embargo fue muy utilizada en tiempos
pasados con diversidad de significados y connotaciones, tanto positivas como
negativas, que es precisamente lo que más nos gusta de la palabra. Ringorrango
es un adorno extravagante, un rasgo de pluma superfluo e inútil, un tipo de
baile y un echar pa’ alante.
¿Cómo os definís dentro del variado mundo del folk?
Ni siquiera nos consideramos un
grupo folk. Nos gusta pensar que hacemos música tradicional pura dándole un
aire personal en la puesta en escena. Esta relación entre folklore y
contemporaneidad hace difícil clasificarnos en un estilo musical concreto.
¿Qué vamos a encontrar en vuestro proyecto Folklore
Histérico (2012)? ¿Quién compone en el grupo? ¿Cómo trabajáis las
canciones?
Nuestro folklore histérico abarca
un repertorio peninsular poco conocido, alejado de prototipos comerciales, ―lo
que supone un reto a la hora de captar la aceptación del público― y que apuesta
por la belleza de lo sencillo.
Los temas han sido transmitidos
por tradición oral, y recogidos en antologías y cancioneros a partir de
trabajos de campo.
Citando a Lorca “No hay nada más
delicado que un ritmo, base de toda melodía, ni nada más difícil que una voz
del pueblo que da en estas melodías tercios de tonos y aún cuartos de tono, que
no tienen signos en el pentagrama de la música construida”. De este modo,
partiendo de la versión original, trabajamos la voz, como instrumento principal
y le adaptamos los acompañamientos rítmicos y melódicos.
¿Por qué le habéis titulado Folklore
Histérico? ¿Alguna anécdota?
En principio los temas son muy
potentes, con tesituras, a veces, arriesgadas, que nos hacen disfrutar y
ponernos “bien jaleosos”.
Como anécdota, en nuestro primer
concierto, se imprimieron unos carteles en los que figuraba el título de
nuestro trabajo “folklore histérico” y una persona del público nos señaló que
había un errata, pensando que debía poner histórico (concepto mucho más cercano
a la etnografía y el folklore), en lugar de histérico, que debió resultarle
raro e incoherente. Su cara fue un poema cuando, durante el concierto,
descubrió que realmente era histérico.
¿Qué respuesta tenéis del público en vuestros conciertos y espectáculos?
¿Qué hacéis para vuestra promoción? ¿Si yo quisiera una copia de vuestro disco
cómo podría hacerme con ella?
En los primeros minutos del
concierto, desde el escenario, vemos muchas caras “ojipláticas”, que, poco a
poco, van relajándose y convirtiéndose, en unos casos en sonrisas de complicidad
y, en otros, en expectación.
Las redes sociales y la
tecnología 2.0 son nuestras principales vías de promoción, aunque, haciendo
honor a nuestro nombre, estamos maquinando alguna alternativa histérica.
Es imposible hacerse con ninguno
de nuestros discos, están todos agotados. ¡Es broma! (risas). No tenemos disco
aunque es uno de nuestros proyectos a corto plazo. De momento nos apetece
seguir disfrutando de los directos.
¿Cuáles son los planes de Ringorrango para lo que queda de 2012 y
primeros de 2013? Suponemos que seguir de gira por salas y festivales, ¿pero
algo que podías adelantarnos? ¿Eventos
importantes? ¿Giras por el extranjero?
Además de seguir con nuestros
conciertos, el plan más inmediato es continuar preparando una actuación especial
que tendrá lugar a finales de septiembre en Zamora en la que contaremos con la
colaboración de artistas de diferentes disciplinas (no contamos más, porque es
sorpresa). También participaremos en la programación de “Los Viernes de la
Tradición”, en el Museo Etnográfico El
Caserón de San Sebastián de los Reyes (Madrid). Por último, estamos
trabajando en elaborar un repertorio histérico navideño.
¿Creéis que el mundo digital va a acabar con el mundo de la música tal
y como lo conocemos hoy? ¿Cuál es el futuro del músico?
El mundo digital no es más que
otra manera de acceder a la música, que no implica obligatoriamente desechar
cualesquiera otras alternativas que conecten música y personas.
El futuro no es de nadie. Aunque
nos quieran hacer creer lo contrario, el futuro está en nuestras manos. En las
del músico, en las del tendero de la esquina y en la de cualquier persona con
iniciativa y entusiasmo.
Viendo el panorama del fin de semana en cada ciudad, con una grandísima
oferta de conciertos, ¿es cierto que parece que hay una nueva era dorada de los
directos?
Sin duda. Nosotros tenemos la
grandísima suerte de vivir en Zamora, una ciudad pequeña con una amplia oferta
de música en directo y no sólo durante los fines de semana. Un lunes o un
jueves puedes escuchar jazz en pequeños locales, flamenco en la calle o folklore
en un museo.
¿Cuál ha sido vuestro mejor momento/recuerdo en la música?
Nuestra primera actuación en
Zamora, en la biblioteca de la Fundación
Rei Afonso Henriques, dentro del ciclo “Música entre libros”. Fue un
concierto mágico rodeados de cristaleras, con el Duero y la catedral románica
de fondo y un público cálido y acogedor que nos animó a continuar con nuestro
proyecto.
¿Qué destacaríais dentro del panorama nacional e internacional?
La capacidad de disparar la
creatividad en momentos tan difíciles como los actuales. Las ideas no decaen
surgiendo interesantes proyectos de colaboración, demostrando que las fronteras
son sólo administrativas.
¿Creéis que el folk vuelve a estar de moda?
Creemos que, por suerte, el folk,
nunca ha estado de moda. Siempre ha habido y siempre habrá incondicionales que
disfrutan de este estilo de música.
Ringorrango - El aceitunero (Zamora Folk 2012)
MISCELÁNEA
¿Podríais decirnos…
...un libro?:
En la peluquería preferimos la Vogue, para el relax Harry Potter y para antes de dormir Las edades de Lulú.
...una película?:
Cualquiera de Almodóvar, incluso las más criticadas y todas en las que aparece Marlon Brando.
...una canción?:
Alfonsina y el mar y Los siete modos de guizar las berenjenas.
...un álbum?:
Magna Antología del Folklore de García Matos.
...un grupo o solista?:
Desde Concha Piquer hasta Fischerspooner pasando por Carmen París o Fangoria.
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