EL ARTISTA
A los 12 años, Manuel Cabezalí agarró por primera vez
una guitarra y el veneno de tocar y de hacer canciones se le metió dentro.
Desde entonces ha ido dando pasos en el mundo de la música con paciencia,
naturalidad y firmeza, tanto como guitarrista al servicio de otros artistas (Russian Red, Christina Rosenvinge, The
Cabriolets o Alex Ferreira) como
liderando a Havalina. También en su
incipiente andadura como productor, de la que pueden dar buena cuenta Rufus T. Firefly, His Majesty The King, Berlina,
Edredón, Pasajero o Autum Comets. Sin embargo, hay algo por lo
que había pasado de largo hasta la fecha y que estaba en su trayectoria lógica:
arrancar una carrera como solista, utilizando su nombre y dejando a un lado
todo el arsenal eléctrico que suele acompañar a sus composiciones. El momento
de encarar ese camino ha llegado ahora, aprovechando que su grupo ha bajado su
ritmo de trabajo y está disfrutando de un periodo muy dulce tras la publicación
de “H”
(2012), álbum de contrastes con el que, una vez más, no han parado de
recibir alabanzas por sus poderosos directos.
EL DISCO
Lo curioso es que en este
nuevo proyecto han jugado un papel fundamental las sensaciones que ha tenido
tocando una guitarra, como cuando era un crío. En este caso una guitarra
española, comprada siguiendo un impulso al pasar por delante del escaparate de
una tienda de instrumentos en Madrid. Su sonido, con ese radiante toque a
madera que la caracteriza, es un elemento que inunda todos los recovecos de “Pequeño
y Plateado” y contagia al resto de instrumentos que suenan en él:
percusiones y violonchelo, una aportación Aurora
Aroca (de Boat Beam), nada más
(?). De entrada, estos detalles pueden llevar a pensar en un disco ensimismado
y críptico, obra de un cantautor que divide sus esfuerzos entre la labor de
codificar sus sentimientos y la de mostrar su personalidad con las seis
cuerdas. Pero Manuel suena aquí tan
rotundo y directo como lo ha hecho siempre al frente de Havalina. Algo lógico teniendo en cuenta que estas doce canciones
han sido perfiladas en la misma época y con el mismo aliento que ha llevado al
grupo hasta los últimos conciertos de su gira española.
MANUEL CABEZALÍ
Pequeño y plateado (2013)
En realidad, lo que va a
llamar la atención de alguien que conozca sus pasos previos es el ambiente
nocturno e íntimo que las envuelve, algo que lo acerca a la forma de hacer
música de Jose González o Mark Kozelek, por citar a dos artistas
que él mismo ha nombrado en alguna entrevista. Un aspecto en el que ha tenido
mucho que ver el modo de grabarlas y la instrumentación, claro. Sin embargo,
los paralelismos terminan ahí porque Manuel
tiene una voz y una personalidad propia, como aprecias al detenerte en sus
letras, donde parece haber un pulso entre la ternura y los sentimientos más
agrios. “Hay humo ahí fuera, pero dentro
de mi hay tanta luz...”, canta en “Humo Fuera”, una de las canciones
más infecciosas del disco. Se trata de uno de los puntos culminantes de un
trabajo sólido y comfortable, que está construido con unos mimbres que deberían
seducir también al público que nunca se ha interesado por su música hasta
ahora. Y que tiene todas las papeletas para crecer y crecer cuando sea
trasladado al directo.
LA ENTREVISTA
¿Por qué Manuel Cabezalí se inicia en el
mundo de la música cuando era niño en vez de jugar, que es lo que hacen los
niños de su edad?
Puedes
considerar a la música como un juego más. No fui un niño con muchos juguetes,
pero sí con una familia muy unida y unos hermanos con los que me siempre me he
llevado muy bien. Jugábamos a muchas cosas, casi todas ellas producto de una
gran inventiva, y eso marcó mucho mi manera de entender la vida desde entonces.
Recuerdo que con unos 8 ó 9 años construí lo que en mi imaginación era una
especie de guitarra: se trataba de una tabla de corcho, con unos clavos a
diferentes distancias, y unas gomitas entre los clavos, que según estaban más o
menos tensas, sonaban más graves o más agudas. En mi cabeza quería sonar como
una guitarra de verdad, aunque eso no vendría hasta unos cuantos años más
tarde.
El estilo de música que interpretas en este
proyecto en solitario, están a caballo entre la música de autor, la música Folk,
pero siempre intimista y preciosista, … ¿Cuáles son o han sido tus influencias
más directas para llegar a este estilo de música que haces?
Creo
que José González y Mark Kozelek han sido dos de los artistas que más he
escuchado en los últimos años, y que han hecho que quisiera grabar un disco de
estas características. Hay muchas otras influencias, claro, pero hablando de
influencias directas, creo que ellos dos han sido mi mayor referencia. Todo
ello bajo mi prisma personal y con mis limitaciones en el manejo de la guitarra
clásica –que es el instrumento conductor de casi todo el disco, y también de
sus discos- en el que ellos son mucho más expertos que yo.
Este disco en solitario Pequeño y plateado (2013) ya está
empezando a recibir todo tipo de elogios por parte de la crítica especializada,
¿qué puedes decirnos al respecto? ¿Qué te inspiró a hacer un disco como este?
Estoy
recibiendo un montón de comentarios preciosos de personas conocidas y desconocidas,
me siento muy apoyado, y esto es maravilloso.
Creo
que la mayor inspiración de este disco ha sido la necesidad de hacer un trabajo
muy íntimo y desnudo, con muy pocos ingredientes, pero muy descarnado emocionalmente,
y también muy despreocupado de la vorágine de la industria musical. “Pequeño y
Plateado” es un disco reposado, que te dices cosas alegres y/o tristes, pero
siempre desde un lugar muy tranquilo y honesto, que no busca impresionar ni
gustar más de la cuenta. Estoy muy feliz y tranquilo con el disco que he hecho,
porque es exactamente el disco que quería hacer.
¿Por qué le titulaste Pequeño y plateado? ¿Puedes contarnos
alguna anécdota durante la grabación del disco?
Tiene
un significado múltiple. Por una parte, es el título de una de las canciones
del disco. Se llama así porque una vez le pregunté a la persona a la que está
dedicada esa canción, “si fueras un pez, ¿qué pez serías?”. Y me contestó: “uno
pequeño y plateado”.
Por
otra parte, hay un montón de peces en el mar, algunos son muy coloridos y
espectaculares, otros de aspecto fiero, otros más sobrios, etc. El pez pequeño
y plateado es un pez sencillo y bello, y eso es exactamente lo que quería para
este disco.
La
grabación del disco la hice en muy pocos días, en El Lado Izquierdo, que es el
estudio donde solemos grabar Havalina. Fue un trabajo muy mano a mano con Dany
Richter, que es el dueño del estudio, y también una persona muy cercana a mí y
con la que da gusto poder pasar tiempo. Dany es también el ingeniero de
grabación de la mayoría de mis producciones, hemos trabajado juntos muchísimas
horas y tenemos una relación excelente, con lo que en todo momento el clima en
la grabación fue muy familiar, y muy fácil.
¿Qué expectativas has puesto en Pequeño y plateado? ¿Dónde quieres
llegar con este trabajo?
No
es un disco con expectativas grandes. No hay un sitio concreto al que quiera
llegar con él; quería hacerlo a mi ritmo y después compartirlo con el mundo. Lo
he hecho también porque me parecía que saca una parte de mí que no suele estar
en los discos de Havalina. Y creo que también dará lugar a directos muy
distintos y especiales. Los directos de este disco también es una de las
experiencias que más ganas tengo de vivir.
Has trabajado con muchos artistas a lo
largo de tu carrera profesional, como parte de sus grupos, como miembro activo,
como productor,… ¿con quién has conectado mejor? ¿Quién te ha impresionado de
tal forma que no esperaras que lo hiciera?
Hay
muchos nombres en esa respuesta, y la verdad que es una muy difícil de
contestar. Pero creo que, al final, la relación personal es lo que termina
haciendo que algo se convierta en algo humanamente memorable. En ese sentido,
por ejemplo, una de las cosas más grandes que he llegado a construir en mi
carrera profesional es mi amistad con Alex Ferreira. Los pensamientos que se
han cruzado por mi cabeza cada vez que me subía a un escenario con él, han sido
de las cosas más bellas que he podido sentir en mi vida. Era algo muy bello y
muy hondo. Yo estaba ahí, defendiendo a mi amigo y a sus canciones, que son su
mayor tesoro, como el que defiende a un hermano en el patio del colegio.
También
atesoro muchísimo mi amistad con mis compañeros en Havalina. Te escribo estas
líneas ahora mismo desde México D.F., donde hemos venido a presentar nuestro
“h”. Y créeme que para mí lo más bonito de estar aquí es estar con ellos. Vamos
a estar tocando en varios lugares, y algunas de las citas son increíbles, en lugares muy grandes y delante
de mucha gente, pero para mí lo más importante es poder compartirlo con Javier
e Ignacio, que son mis amigos. Creo que la felicidad sólo existe de verdad
cuando es compartida.
¿Cuáles son los planes de Manuel
Cabezalí para lo que queda de 2013 y primeros de 2014? Suponemos que girar por salas y festivales, ¿pero algo que podías
adelantarnos? ¿Eventos importantes?
Mi
plan es hacer una gira –no muy extensa, al menos de momento- con Pequeño y
Plateado. Aprender de la experiencia de tocar por ahí solo, y seguir mejorando
la propuesta. Con Havalina, después de nuestro periplo mexicano, vamos a
meternos en el local de ensayo a componer el que será nuestro quinto álbum como
Havalina. Y tengo muchas producciones de otros artistas en la agenda. Estoy
ahora mismo mezclando el disco de una banda muy especial, YAY, que creo que
está quedando precioso. Mi final de 2013 y lo que puedo visualizar ahora mismo
de 2014 pintan muy bien.
MANUEL CABEZALÍ
Amor felino II (2013)
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