por Virginia Díaz
Supersubmarina es de esas bandas que sugieren algo grande nada más aparecer en escena. Crítica y público lo adivinaron desde el minuto cero, desde que en 2009 publicaron Cientocero y Supersubmarina, sus dos primeros EP’s.
Han pasado tres años –cinco desde su formación-, tres EP’s y un primer larga duración y ahora regresan con Santacruz, su segundo álbum, un paso de gigante. Y José Chino –voz y guitarra-, Juanca –batería-, Pope –bajo- y Jaime –guitarra y coros- siguen haciendo algo que no se puede comparar con nada, un sonido libre de etiquetas que les identifica de inmediato, en cuanto suenan los primeros acordes de sus guitarras, en cuanto explosiona la voz de José. Pero no nos detengamos aquí.
Supersubmarina - Santacruz (2012)
Sigamos.
En esta ocasión, el cuarteto de Baeza (Jaén) se ha tomado más tiempo en la gestación y en la grabación de las once canciones que forman Santacruz. Todas, menos la que da título al disco y ‘Cometas’ –escritas, en principio, para Realimentación, su tercer EP- fueron gestadas a finales de 2011: “aunque claro, muchas de las ideas ya rondaban la cabeza meses antes, apuntes sueltos, bocetos de estribillos o riffs... Fue una cuestión de concretar y completar las ideas que más nos gustaban”. Juanca dice que ha sido la primera vez en tres años que se han dedicado en cuerpo y alma a componer y grabar sin gira de por medio.Empezaron la pre-producción en diciembre de 2011 y enviaron las maquetas a Escocia para que Tony Doogan (de Belle & Sebastian, The Delgados, David Byrne, Super Furry Animals, Teenage Fanclub, Snow Patrol y Craig Armstrong, entre otros), dijera que sí a la producción e internacionalizara unas melodías que nacen en Baeza. Y allí mismo, en los Estudios LaViña, se grabó el disco. Un lugar aislado en el campo del que pueden disponer las horas que quieran y que, además, les otorga la posibilidad de descansar en su casa.
Dos semanas de grabación en directo, en sesiones de 10 horas ininterrumpidas y sumamente intensas para conseguir la máxima concentración, una semana de mezcla en Glasgow (Escocia) y unos días en los estudios Sterling Sound de NYC para la masterización: “Tony opinaba que este disco lo rematarían allí mejor que en ningún otro sitio”.
Y consiguen lo que buscaban, el mejor de los resultados: Santacruz.
El título hace referencia a una expresión muy típica de Andalucía: llevar una cruz es soportar el peso de algo, tener una secuela o cicatriz. En este caso, la cruz es la que más pesa de todas: la de una ruptura sentimental, la del desamor -“Yo ya no puedo más/ ¡Cuánto pesa tu santa cruz!/Yo quiero ver ya la luz/ Yo quiero que me regales tres segundos inmortales contándome de tus planes/Cuéntame lo que sabes” (“Santacruz”).
Y, a partir de ahí, un repaso por los diferentes estados de ánimo que aparecen después de que todo se acabe.
Melancolía: “Me resultaba tan romántico/ Esa forma de estar mirándonos/ ¿Cómo he podido echarte de menos estos días/Si aún estamos en proceso de saber de nuestras vidas” (“Hermética”); rabia: “Afinas tu arco en do y apuntas tu saeta a mi pulmón/ No quieres que respire/ Perfumando cada escena con olores de jazmín/ Intoxicando el aire/Pobrecito de mí/ ¡Pide perdón!” (“Tu Saeta”); incomprensión: “Porque nada vale nada, en un lado o en el otro, se equilibra la balanza/ Y duele todo tanto, todo/Ahora da la sensación de que todo está en mis venas” (“En Mis Venas”) y liberación-“Pequeña de las dudas infinitas/Aquí estaré esperando mientras vivas/Vengo a decirte que el tiempo/ Que ya llevamos perdido es solo un punto pequeño en el cielo del olvido/ Que todo el daño que tengo/ Y lo que ya hemos sufrido/Tiene que servir de algo/Para que hayas aprendido” (“De Las Dudas Infinitas”).
Etapas descritas a la perfección. La persona más amada se convierte en el enemigo número uno y es difícil verlo de otra manera cuando el dolor es así de insano. Solo queda esperar a que la herida se cure, si es que llega ese momento. Y nadie se escapa, eso seguro. Pero se cierra un círculo.
Y también hay alguna que otra reflexión social en canciones como “Canción de Guerra”: “Mis bombas serán palabras/ La metralla de escribir/ Mis granadas son canciones/ Mi lengua será un misil”.
Y, aparte del fondo, que recurre al lenguaje religioso típico andaluz, la forma los coloca mucho más allá de la joven promesa que eran en 2009. Santacruz es potencia y adicción. Sube y baja con maestría y te mantiene una noria de sensaciones que, a veces, arañan y, a veces, acarician.
Hay cuatro momentos clave en ese vaivén. Uno es “Para Dormir Cuándo No Estés”, que consigue mecerte y se convierte en una suerte de nana. Función semejante, en ese sentido, a la de “De Las Dudas Infinitas”. Otro es “Hogueras” clausurando el disco, con una estrofa que parece rapeada y un estribillo que invita a gritar para liberarse del todo.
El tercero es “Cometas” que te hace dar vueltas y volar por el firmamento gracias, sobre todo, a los coros que terminan el tercer estribillo. Y esto es importante, los coros, porque suenan impecables a lo largo de todo el disco.
Y el cuarto -y definitivo- es ‘Tecnicolor’: ritmo e intensidad en grado extremo conseguidos a base del teclado y la percusión inicial que recorren toda la canción, la melodía de la guitarra como acompañamiento, una parada en seco –mortal- y la parte vocal que, cada vez, se hace más poderosa.
Santacruz va a dejar sin habla a más de uno. Es brillante y abruma. Es la confirmación de que estamos ante una de las mejores bandas de nuestra escena: Supersubmarina. Y lo mejor está por llegar…
LA ENTREVISTA
El pasado 16 de Enero de 2013, con motivo del concierto de Supersubmarina el 18 de Enero en la sala Boss dentro de las celebraciones del XXI aniversario del Bar Santana de Segovia, tuvimos la oportunidad y el placer de entrevistar a Jose Chino voz y guitarra de Supersubmarina en Radio Segovia. A las preguntas, nuestro compañero Sergio Bello.
Esta es la entrevista completa:
Entrevista a Jose Chino de Supersubmarina
(Radio Segovia, 16-01-2013)
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