EL DISCO
A lo largo de la historia, el ser humano ha
manifestado sus emociones a través de los sonidos. En cualquier instante de ese
recorrido, desde cualquier momento remoto hasta hoy, la canción es la savia que
impregna la sociedad, la conforma y desarrolla de un modo imperceptible y casi
tácito. Es a través de su voz, sutil o desgarrada, como podemos descubrir una
parte de la sociedad, ya desde el cariz de las palabras, ya desde las líneas de
un pentagrama. Porque en las canciones se esconden los discursos personales y
los espacios compartidos que evocan la imagen sonora de un pueblo.
Para transmitir el valor de las canciones que
afloraban en las primeras décadas del siglo XIX español, el dúo de voz y
guitarra formado por Delia Agúndez y
Fernando Antón presentan Voleras,
entre seguidilla y bolera. Un repertorio de canciones que constituye
una parte fundamental del patrimonio histórico y musical de España, fruto del
sentir de una sociedad que cristaliza en este género no sólo su identidad, sino
también el modo de vivir las emociones cotidianas.
Delia Agúndez y Fernando Antón - Voleras, entre seguidilla y bolera (2012)
El propósito de este proyecto es la recuperación
del patrimonio musical nacional constituido por las canciones con
acompañamiento de guitarra que recorrieron España entre la Ilustración y el
Romanticismo. Del mismo modo, Voleras pretende revivir unas canciones
durante mucho tiempo olvidadas, así como dar a conocer y difundir, a través de
este repertorio, un espacio sonoro que supuso la consolidación de la identidad
nacional desde su presencia en los diferentes estratos de la sociedad española
del siglo XIX. Interpretar y recrear un repertorio, evocar sus espacios,
recuperar tradiciones, desde la mejor vía posible: la sonora.
Los destinatarios de este proyecto son todas
aquellas personas que aprecian la música instrumental, música de cámara y
recitales líricos. Gracias a su extensa formación y experiencia musical, tanto
investigadora como interpretativa, Delia
Agúndez y Fernando Antón, han
logrado plasmar a la perfección el trabajo de recuperación realizado creando un
programa musical que han sabido interpretar con un gusto excepcional,
imprimiendo un carácter único a cada una de las piezas. De este modo, se
proyecta a nivel sonoro un trabajo de calidad, donde el patrimonio musical se
recupera cargado de la originalidad y creatividad que ostenta la interpretación
musical como forma de arte.
LA ENTREVISTA
LA ENTREVISTA
¿Cómo
y por qué surge la idea de que Delia Agúndez y Fernando Antón se unan para
hacer un dúo de voz y guitarra y crear una obra tan exquisita como Voleras, entre seguidilla y bolera (2012)?
Fernando: “Voleras, entre seguidilla y bolera”
supone interpretar un repertorio de canciones previamente estudiado desde la
investigación, es decir, retomar las partituras de los archivos, estudiarlas,
comprender el contexto en el que se crearon y darles una sonoridad nueva.
Además, estas canciones son parte de la historia de España en el período de la
Guerra de la Independencia y de la Constitución de 1812, y forman parte de lo
que se podría considerar una identidad nacional en esta época, lo que hace más
interesante su interpretación. Esta es, en pocas palabras, la historia que
queremos contar con Voleras y el patrimonio cultural que queremos compartir.
Trabajar con Delia no sólo supone
trabajar con una soprano profesional que tiene además formación en Musicología,
sino que además nos une una historia común. Aunque hemos desarrollado nuestras
carreras de forma independiente y en diferentes lugares, compartimos un mismo
origen (pues ambos somos de Cáceres), una misma ciudad, y un mismo ambiente.
Todo ello hace que la música y el dúo se vean enriquecidos con una mayor
sintonía tanto en lo profesional como en lo personal.
¿Cómo
es ser músico profesional? ¿Cuántas horas diarias se pueden llegar a dedicar al
estudio? ¿Cuál es el panorama actual para un músico de orquesta, de cámara o
solista?
Delia: Un concierto es tan solo
la punta de iceberg de un perseverante, sacrificado, aunque también
enriquecedor, proceso de trabajo. El nacimiento de un músico profesional suele
estar unida al inicio de sus estudios oficiales, prácticamente en su infancia.
A partir de ahí, se inicia un largo trayecto de crecimiento personal y
profesional protagonizado por numerosísimas horas de estudio, esfuerzo y rodaje
en escenarios de todo tipo. A veces, esta vida es equiparada a la de los
deportistas de élite y la comparativa goza de cierta validez.
Por todo lo anterior, son muy duras e
injustas las condiciones a las están expuestos los músicos profesionales en la
actualidad. Nuestro país cuenta con intérpretes de gran talento y un elevado nivel
musical que, tristemente, no está recibiendo el apoyo ni reconocimiento básicos
para poder proyectar sus carreras dentro y fuera de nuestras fronteras. Si
existiera un cambio de perspectiva en este aspecto, España podría ver
proyectada su elevada valía en auditorios y teatros de todo el mundo.
A
parte de una excelente técnica y posición ¿qué tiene un músico excelente sobre
el escenario?
Fernando: Una de las cosas más importantes para
un músico, y a la vez más complejas, es ser capaz de transmitir las emociones
de la música, y conseguir que el público, cuando termina el concierto, se lleve
una sensación placentera y satisfactoria.
Delia: Dentro de las tareas primordiales del
concertista es conseguir que, durante su interpretación, el público consiga
desconectar del mundo cotidiano que le rodea y tan solo se deje seducir por las
historias y mensajes que llegan desde el escenario. Cuando se establece esa
comunicación directa entre músico y oyente, se crea una magia que se percibe
inolvidable. Parece algo obvio pero no todos los artistas tienen esa capacidad
y existen diferentes gradaciones dentro de los que la gozan.
En
más de una ocasión oímos que el instrumento es un órgano más del músico. Fernando
¿qué piensas al respecto? ¿Cómo se transmite sin hablar con palabras en un
concierto?
Fernando: Efectivamente, el instrumento termina
siendo una parte más del cuerpo del músico, quizá debido a la gran cantidad de
tiempo invertido en el estudio y a todas las emociones vinculadas a la práctica
del mismo durante muchos años. Al final es casi como una relación simbiótica.
En un concierto intervienen muchas cosas:
el estudio y la técnica, claro está; pero también los gestos y la concentración
para dejar salir lo que la música es para el intérprete. La mejor manera de
transmitir en un concierto es compartir con el público lo que la música nos
hace sentir.
Sin
embargo, la voz siendo el más hermoso de los instrumentos, ¿verdad Delia?
Delia: Más que de hermosura, es una cuestión
de empatía. Bajo mi punto de vista, la voz es el instrumento que mejor conecta
con los oyentes. El primer estímulo que recibe el ser humano, ya antes de
nacer, es el sonido de su propia madre y son voces y sus diferentes frecuencias
las que le acompañan a lo largo de la vida. En el fondo, es algo tan íntimo y
cercano, que tiene la capacidad de tocar el alma humana de manera directa y
rápida.
¿Hay
diferencias entre un músico profesional dedicado a la música clásica y un
músico profesional dedicado a la música ligera?
Fernando: Quizá una de las mayores diferencias
es que la carrera de un músico clásico no es tan explosiva como pudiera ser la
de un músico dedicado a la música ligera. La música clásica supone gran
constancia en el estudio; una formación amplia, profunda, y continua; y no está
tan conectada con lo comercial. Ambas tienen sus pros y sus contras.
Delia: Considero que, actualmente, ambas
difieren en numerosos aspectos (formación, mercado, tipos de público etc.)
debido, fundamentalmente, a su enfoque y sistema de difusión. De todas formas,
ambas tienen algo en común: para lograr una dilatada carrera es necesaria una
alta exigencia profesional.
¿Qué
vamos a disfrutar en uno de vuestros conciertos, como en el próximo del Festival
Segovia 2013?
Fernando: En el Festival de Segovia de 2013
vamos a presentar un nuevo programa titulado El Trípili, que está muy
relacionado con nuestro trabajo en Voleras en cuanto a que está formado por
canciones españolas procedentes de los bailes populares. La novedad de El
Trípili se centra en las tiranas, que eran otros de los bailes populares españoles
cuyas canciones habían arraigado como canciones nacionales junto a las
seguidillas. El título de este programa surge de una de las piezas, la Tirana
El Trípili, una melodía que debió ser bastante popular, y cuya letra, cargada
de sátira y posibles dobles sentidos, comenta la costumbre de asistir a los corrales de
comedias y las relaciones amorosas. Estamos seguros de que el público de
Segovia disfrutará mucho con estas canciones.
¿Podéis
contarnos alguna anécdota en algún concierto? ¿Cuál es el sitio más exótico
donde habéis actuado?
Delia: El verano pasado realizamos una
actuación al aire libre y, justamente cuando empezó nuestro concierto, comenzó
a soplar un fuerte viento que quería llevarse nuestras partituras, los carteles
y adornos que nos rodeaban, mi pelo e, incluso, a parte del público.
Afortunadamente, no hubo heridos (risas). Aún me sorprende cómo, tanto la gente
como nosotros, aguantamos estoicamente aquella ráfaga. Creo que no lo
olvidaremos nunca.
En
muchas ocasiones se echa en falta la presencia de público joven en los
auditorios ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué se puede hacer?
Fernando: Bueno, la verdad es que en muchas
ocasiones la música clásica cuando se escucha en directo supone un
descubrimiento para la gente joven. En nuestro caso, el repertorio que hacemos
ha sorprendido gratamente a gente joven que no se esperaba unas canciones tan
atractivas y unos temas tan accesibles.
Delia: Considero que la afición por la música
clásica va asociado a la educación y a la valoración de la cultura, ya sea en
las escuelas como dentro de las propias familias. La música es algo divertido y
necesario para la expresión de la persona y, si esto se transmite a los niños
desde que son pequeños, la situación podría solucionarse un poco. A partir de
aquí, intervienen otros factores económicos, políticos, etc. aunque la base es fundamentalmente
educativa.
¿Cuáles
son vuestros planes para el resto del 2013 y comienzos del 2014? ¿Algún
concierto importante? ¿Festivales? ¿Salidas al extranjero? ¿Nuevas grabaciones,
quizás?
Fernando: Pues nada nos gusta más que dar
conciertos, y estaríamos encantados de salir fuera de España a interpretar esta
música, que es muy española, y de impulsar la ‘marca España’ con nuestra música
y nuestro trabajo.
Además, estamos ya trabajando en un proyecto
para el dúo totalmente nuevo lleno de emociones contrastadas, y de sentimientos
enfrentados. Y preparando otros programas en los que colaboramos con otros
músicos, y con instituciones con los que compartimos un gran interés por la
música y la investigación. Esperamos que todos estos proyectos vean pronto la
luz y que 2014 suponga un gran paso adelante tanto para nosotros como dúo, como
para nuestro trabajo.
¿Creéis
que el mundo digital va a acabar con el mundo de la música tal y como lo
conocemos hoy en día? ¿Cuál crees que es el futuro del músico?
Fernando: Que la revolución tecnológica ha
cambiado los usos y funciones de la música es más que evidente. Sin embargo y a
pesar de todo, la música está siempre presente en la vida cotidiana de todos.
Las nuevas prácticas de escucha y de acceso a la música propiciadas por el
mundo digital supone que los músicos debemos adaptarnos rápidamente a estos
cambios, y esto no resulta sencillo. Sin embargo, la música en directo, en los
conciertos, siempre tiene algo especial que la tecnología no puede recoger: la
interacción entre el músico y el público, los silencios y la expectación nos
permiten comprender la música como algo que va más allá de los sonidos.
Delia: Suscribo lo que ha comentado Fernando.
El futuro del músico se basa en los mismos parámetros que su presente y su
pasado: emocionar, entretener, culturizar, inquietar, atraer, divertir, educar,
conmover… y para eso, no hay nada mejor que el contacto directo con el público.
¿Cuál
ha sido vuestro mejor momento / recuerdo en la música?
Fernando: No podría decir un único momento. Para
mí lo mejor de la música es dedicarme a lo que me gusta y disfrutar con mi
trabajo; poder hacer cada día lo que realmente te apasiona es una gran
satisfacción.
Delia: Estoy de acuerdo. Ha habido tantos y
tantos momentos que no podría quedarme con uno solo. Cada uno ha sido especial
dentro de su contexto. Lo importante es que sigo con la misma ilusión que el
primer día en el que, más o menos, intuí que mi camino iría ligado con el arte
y los escenarios. Un reto, un proyecto nuevo, la subida al escenario, un buen
concierto, los aplausos del público… son los que consiguen que ese espíritu
siga vivo.
Delia Agúndez y Fernando Antón - Cesa de atormentarme (Fernando Sor)
MISCELÁNEA
¿Podríais
recomendarnos…
...un
libro?:
Fernando: ¿Sólo uno? Qué difícil... Entre mis
preferidos, todos los de Miguel Delibes.
Delia: Como he dicho anteriormente, me cuesta
decidirme solamente por una sola cosa. Han sido tantos los estímulos que me han
enriquecido culturalmente que contestar a esta sección se me hace difícil. Un
libro que me interesó muchísimo fue El canto de las sirenas de Eugenio
Trias.
...una
película?:
Fernando: Yo soy de El Señor de los Anillos .
Delia: Cantando bajo la lluvia. Me encanta
verla porque me ayuda a sentir la belleza de la vida.
...una
obra?:
Fernando: Los paisajes de Gustav Courbet
Delia: Toda la que me haga y me motive para
querer saber más sobre su autor o proceso de creación. Por ejemplo, la
escultura Desconsol de Josep Llimona
...un
álbum?:
Fernando: Pues...entre otros...yo
recomendaría... Voleras, entre seguidilla y bolera
Delia: Aquí debería reafirmar la opinión de Fernando, ¿no? (risas)
...un
solista?:
Fernando: Hay tantos y tan buenos...Todos los
que tocan con pasión.
Delia: El que se adapte perfectamente a mi
estado de ánimo si, en ese momento, necesito escuchar música (sea del estilo
que sea) para saciar mi espíritu.
Gracias
por vuestro tiempo y enhorabuena por vuestra música.
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