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miércoles, 4 de diciembre de 2013

Eloqventia - Sonidos en el camino. Entrevista a Alejandro Villar

EL GRUPO

Las grandes rutas de peregrinación como el Camino de Santiago experimentaron su máximo esplendor durante la Baja Edad Media y fueron quizás el más claro exponente del crisol cultural de la época. Cristianos, árabes y judíos convivían en la Península Ibérica en ese especial momento histórico, fomentándose así un intercambio de ideas constante entre los reinos del norte y el sur dominado por la cultura andalusí. Los peregrinos, procedentes en su mayoría de las zonas reconquistadas y de distintas partes de Europa, no fueron ajenos a este fenómeno y contribuyeron de forma activa al desarrollo de las artes del momento. Entre esos peregrinos, no faltaban numerosos trovadores y juglares que cantaban, danzaban y tañían sus instrumentos en los puntos neurálgicos del Camino, convirtiéndolos así en focos de devoción y, al mismo tiempo, testigos del auge de la música vocal e instrumental del medievo.


Fieles a ese espíritu multicultural, presentamos este singular recital para flautas y percusión. Se trata de un conjunto de danzas de los siglos XIII y XIV, de diversas procedencias, pero que comparten todas ellas un rasgo en común, su vivacidad y frescura. A pesar de la gran distancia temporal que nos separa de estas obras, llama la atención lo cercanas que nos resultan; y esto se produce básicamente porque la esencia de las mismas radica en su aparente sencillez formal, similar a la que podemos encontrar actualmente en gran parte del repertorio de la música tradicional. No obstante, tras esa engañosa simplicidad, se esconden complejos desarrollos melódicos y una riquísima variedad rítmica que raramente ha vuelto a repetirse en la música occidental
desde el fin del medievo.

Al modo de los músicos peregrinos de entonces, haremos un recorrido por la España y Europa medieval, pues interpretamos algunas famosas estampidas italianas y francesas, pero añadimos también piezas sefardíes y andalusíes de origen peninsular, así como una danza de devoción mariana del Llibre Vermell y el estreno, en su versión instrumental, de una cansó que el trovador Guiraut Riquier compuso estando en la corte de Alfonso X el Sabio.


LA ENTREVISTA

¿Cómo y por qué surge la idea de crear el proyecto Eloqventia para hacer música de inspiración y raíces de la baja Edad Media?
Es algo que lógicamente no surge de repente. Los integrantes de Eloqventia ya conocíamos la música medieval antes de crear el grupo, pues todos hemos colaborado con otras formaciones que interpretan ese repertorio, pero considerábamos que todavía se podían aportar muchas cosas acercándose al mismo con una mirada más actual y quizás menos ortodoxa. Siendo fieles a la corriente historicista y a las pautas que nos proporciona la musicología moderna, tratamos de dejar un espacio fundamental a la improvisación y a las aportaciones personales; algo que, sin duda, ayuda a enriquecer este repertorio como ningún otro. A medida que retrocedemos en el tiempo (en nuestro caso, como mínimo seis siglos) la especulación y la incertidumbre a la hora de abordar la recreación musical van aumentando y, por tanto, el margen otorgado al intérprete es mayor.

¿Cuántas horas diarias se pueden llegar a dedicar al estudio de este tipo de música? ¿Cuál es el panorama actual para un músico de vuestras características?
Realmente todos somos músicos de formación clásica y colaboramos con agrupaciones especializadas en Renacimiento, Barroco e incluso música Folk. Actualmente, casi todas las formaciones como la nuestra se reúnen exclusivamente por proyectos, pues es difícil encontrar especialistas de instrumentos “antiguos” que vivan en la misma ciudad, y además las plantillas varían en función de las necesidades del programa a interpretar. Tras horas y horas de estudio individual, llega el momento de los ensayos generales poco antes del concierto, con el fin de poner en común y compartir todo ese trabajo personal que cada uno ha desarrollado previamente en su casa.
Teniendo en cuenta los recortes brutales que se están aplicando al mundo de la cultura, el panorama para cualquier intérprete actualmente es muy complejo. Está claro que cada vez resulta más difícil vivir exclusivamente de tocar. En Eloqventia, hay músicos que pueden permitírselo porque tienen un volumen suficiente de actuaciones pero otros combinamos la actividad concertística con la docencia.


En más de una ocasión oímos que el instrumento es un órgano más del músico. ¿Qué pensáis al respecto? ¿Cómo se transmite sin hablar con palabras en un concierto?
Obviamente, el intérprete debe sentir la música a través del instrumento que utiliza y dominarlo técnicamente si quiere transmitir ese sentimiento al público. En nuestro caso, al tratarse además de réplicas de instrumentos medievales, tenemos la oportunidad de experimentar con ellos de un modo autodidacta hasta conseguir sacarles el máximo partido, pues muchos son poco conocidos (cuerno, flauta doble, campanas) y, por tanto, carecen de una metodología o técnica de estudio preestablecida.

¿Hay diferencias entre un músico profesional dedicado a la música clásica y un músico profesional dedicado a la música ligera?
Los circuitos en los que se mueven son obviamente distintos y las condiciones de trabajo también suelen variar pero, como comentaba antes, la situación actual para el músico freelance es muy difícil en general, independientemente de si se dedica al repertorio clásico o no. Los recortes están afectando por igual a las programaciones de ciclos y festivales de todo tipo de música y eso, en definitiva, supone menos trabajo para los profesionales del sector.


¿Qué podemos disfrutar en uno de vuestros conciertos, como por ejemplo, en el próximo que vais a ofrecer próximo 15 de Diciembre de 2013, en la iglesia de San Justo en Segovia?
Uno de los mayores atractivos del programa que vamos a tocar en Segovia es la variedad tímbrica y la diversidad de sonoridades, algo que suele sorprender al público pues, a pesar de estar sólo dos intérpretes en el escenario, utilizamos y combinamos numerosos instrumentos, tanto de viento (flautas, gemshorn, nay, flauta doble, albogue) como de percusión (darbukas, panderos, panderetas, campanas, salterio), logrando así una amplia paleta de colores sonoros. Desde el punto de vista del repertorio, se trata de un recorrido por la España medieval en el que se podrán escuchar danzas de origen cristiano, árabe y sefardí, como reflejo del crisol cultural de la época.

¿Podéis contarnos alguna anécdota en algún concierto? ¿Cuál es el sitio más exótico donde habéis actuado?
Un sitio que nos resultó bastante exótico fue el café del Konzerthaus de Berlín. El año pasado tuvimos la oportunidad de participar en la Biennale für Alte Musik que se celebra en la capital alemana y uno de los pases lo hicimos en el Musikclub. Para músicos como nosotros, que pertenecemos a un ámbito más clásico, fue extraño actuar delante de gente que estaba, al mismo tiempo,  en sus mesas tomándose un café, una caña, un gin-tonic... Pero lo cierto es que la atención y el respeto por parte del público fue sorprendente y la experiencia muy enriquecedora, pues la libertad que proporciona un ambiente tan distendido, te permite arriesgar más en la interpretación. Ojalá en España se apostase también por este tipo de conciertos “clásicos” en espacios poco habituales.    


En muchas ocasiones se echa en falta la presencia de público joven en este tipo de música ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué se puede hacer?
En realidad no creo que falte público joven en los conciertos de música antigua. Por un lado, la curiosidad de ver y escuchar instrumentos desconocidos y, por otro, la accesibilidad de un repertorio que siempre resulta fresco y al mismo tiempo cercano a la estética actual, logra captar la atención del público, independientemente de su edad. El problema es que no se organizan suficientes conciertos y hay que mejorar además la promoción de los mismos dirigida a los más jóvenes, para lo cual considero fundamental que se establezcan relaciones de colaboración entre las entidades dedicadas a la interpretación musical (orquestas, coros, festivales, auditorios, etc.) y los colegios de primaria y secundaria, ya que en ellos se encuentra nuestro potencial público del futuro.

¿Cuáles son vuestros planes para el resto del 2013 y comienzos del 2014? ¿Algún concierto importante? ¿Festivales? ¿Salidas al extranjero? ¿Garbar un disco, quizás?
El 2014 no se presenta todo lo bien que desearíamos desde el punto de vista de conciertos pues, de momento, contamos con pocas fechas confirmadas. No obstante, tendremos el privilegio de participar en dos de los festivales de música antigua más importantes que se celebran hoy en día a nivel europeo, como son el Festival de Sevilla y el Musikfestspiele Potsdam Sanssouci. Además, vamos a grabar nuestro primer disco el próximo mes de enero, por lo que comenzaremos el año a tope.


¿Creéis que el mundo digital va a acabar con el mundo de la música tal y como lo conocemos hoy en día? ¿Cuál crees que es el futuro del músico?
Es probable que en un futuro próximo vayan desapareciendo los soportes físicos que hemos utilizado hasta ahora para escuchar música o que queden reducidos a objetos de culto para melómanos y coleccionistas. En cualquier caso, eso no debería suponer un mayor problema para los músicos. Está claro que, por lo menos en nuestro ámbito, las grabaciones no se hacen para vender miles de copias y forrarse con ello, sino con el objetivo de promocionar el trabajo realizado y conseguir más conciertos que es, en definitiva, de lo que vive el intérprete. En ese sentido, el mundo digital y las nuevas tecnologías abren canales de difusión a través de redes sociales, etc. que debemos aprovechar al máximo.

¿Cuál ha sido vuestro mejor momento / recuerdo en la música?
Supongo que cada miembro de Eloqventia tendrá los suyos a nivel personal, para mí, como director y alma mater del proyecto, uno de los momentos más emotivos y especiales ha sido, sin duda, la reciente presentación del grupo en León, mi ciudad. Con una catedral repleta de público (entre el que se encontraban familiares y  numerosos amigos y conocidos de la infancia), tuvimos el grandísimo honor de estrenar en tiempos modernos una pieza inédita (un Canto de Sibila) del propio archivo catedralicio, que llevaba siglos sin oírse. Rescatar repertorio tan antiguo es una experiencia única que pocas veces se vive en la carrera de un músico.


¿Creéis que la música de raíces vuelve a estar de moda?
No soy demasiado partidario de poner etiquetas a los distintos géneros musicales pero, si por música de raíces entendemos la tradicional, con la gran diversidad de folklores que eso conlleva, no creo que haya estado nunca pasada de moda, aunque sí es verdad que últimamente está cobrando más importancia ligada, sobre todo, a la tendencia actual de fusionar estilos. En cualquier caso, para nosotros la música tradicional, no sólo europea sino también de las civilizaciones orientales, es una fuente constante de inspiración y de información desde el punto de vista musicológico, pues en el folklore es, sin duda, donde mejor se han conservado las tradiciones interpretativas a lo largo de los siglos.


ELOQVENTIA
Laili Djan (Fundación Juan March, Madrid, Febrero 2013)
Alejandro Villar (faluta) y David Mayoral (percusión)


MISCELÁNEA

¿Podríais recomendarnos…

...un libro?:
La Metamorfosis (1915) de Kafka.

...una película?:
Mystic River (2003) de Clint Eastwood.

...una canción?:
La Llorona (tradicional mexicana)

...un álbum?:
Delight in Disorder (2009) de Pedro Memelsdorff y Andreas Staier.

...un solista?:
Philippe Jarousski.

Gracias por tu tiempo y encantado de hablar contigo.

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